Homenaje a Santiago Guerra

Viernes, 26 de febrero de 2021

Homenaje a Santiago Guerra

Homenaje a Santiago Guerra

En el artículo de hoy vamos a hablaros de un maestro de yoga que nos dejó en 2017, nos referimos a Santiago Guerra.  Fundó la primera escuela de yoga de Salamanca, allá por los años 80. Su vínculo con el yoga nació de una necesidad personal: le curó de un mal de salud que padecía, insomnio crónico. También le ayudó con sus problemas de espalda. Tan agradecido quedó, que quiso que otros se beneficiaran de su práctica.

Santiago Guerra ha sido uno de los mayores ejemplos de comunión teórica y práctica entre la cultura oriental y la occidental.  Para Santiago nunca existió conflicto entre la dirección de un centro de yoga y su identidad como fraile carmelita descalzo.

Nació en Gajates, Salamanca en el año 1930. Fue alumno y después profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, en el Instituto Teológico Gaudium et Spes y en la Facultad de San Esteban de Salamanca. Todos los que conocimos a Santiago Guerra disfrutamos de su sabiduría y sus vastos conocimientos, que no conocieron fronteras.

Como ya hemos dicho nos dejó en el año 2017, por un trágico accidente cuando tropezó y cayó por la cantera del Carmelo de Segovia, donde estaba dirigiendo un retiro. Siempre fue un hombre de oración intensa, pero un día descubrió los métodos de oriente, principalmente el yoga.

Fue un gran estudioso, y ayudó con su legado al diálogo interreligioso, a superar recelos hacia la práctica de yoga, apoyando la expansión de su práctica. En el año 2000 publicó un documento Dominus Iesus, en el cual insistía sobre la compatibilidad de la meditación oriental y la meditación cristiana; decía “El tema no se resuelve con teorías dogmáticas, sino con la vida… y la vida me ha enseñado, con cientos y miles de alumnos, que la meditación oriental y la contemplación (o mística) cristiana no se oponen”